Heidegger decía que el hombre es un ser para la muerte y además sabe que ha de morir...
"Momento Mori" Nos recuerda que tenemos que morir, nos hace caer en la cuenta que más tarde o má trempano nos tocará, que al igual que hemos venido a este mundo nos iremos de él. EL HOMBRE ES EL SER QUE VIVE ENTRE LA CUNA Y LA MORTAJA.
Hablar de la enfermedad y de la muerte no nos gusta a nadie, son como temas tabus e intocables. La enfermedad es un mundo dónde nos movemos en el umbral de los dualismos (esperanza, deseperanza, sentido, sinsentidos...pero también apasionante ya que aterrizamos en las mismas entrañas del ser humano..
La muerte coge por sorpresa, es prematura, no sabemos cuando llegará y de ahí su carácter angustioso, es una realidad que nos produce miedo, soledad y dolor. La muerte incomoda, asusta pensar en ella, de hecho pensamos que no nos llegará, que es a otros a los que le llega, la muerte es algo tan natural en la existencia de todo ser humano.
Sobre el morir final, como enfermero puedo decir muchas cosas, pero sobre la muerte casi nada. Si que puedo señalar que la muerte no importa tanto lo que preocupa es "DEJAR DE EXISTIR". Con todo esto es necesario aceptar la finitud humana y afrontar la muerte como algo natural y inevitable.
Lo que si que quiero destacar de mis años como enfermero, es que muchos pacientes y familiares, es que si hay que elegir entre el ABSURDO de NO CREER ó CREER en ALGO, creo y creo que han creido pacientes y familaires que es preferible lo segundo, porque de lo abdurdo no sale NADA, mientras que de la creencia sale algo VALIOSO: Para mi el MISTERIO o DIOS.
Lo que preocupa realmente al ser humano no es la muerte "in abstracto" sino la muerte del otro, del otro..del otro amado/a, del amigo/a, del familiar...del esposo/a, hijo/a en suma de las personas que constituyen el universo personal de cada cual. La muerte significa la ruptura de dicha relación con el otro prójimo. La ausencia del otro amado constituye un auténtico vacio en la persona que se queda, pues no sólo se trata de una ausencia o de una presencia sinó de un trozo de identidad personal. "EL OTRO/A" no es ajeno a mi identidad personal sino que es configurador de la misma y de ello significa que...SU DESAPARICIÓN IMPLICA TAMBIÉN LA MUERTE DE UNA PARTE DE MI YO.
Y es que...las personas podemos estar ausentes o presentes, pero jamás se pierden. Lo que se pierden son los objetos, las cosas, los instrumentos; la ausencia de una persona es imposible de rellenar con otra presencia, por que el espacio que deja esa persona que murió jamás puede llenarlo otra persona, pues se trata de u esapcio único e irrepetible en la historia. El ser humano padece con más intesnsidad la futura muerte de sus semejantes, que su propia muerte.
